El estudio de Séralini muestra que el sistema regulador actual para los OMG es insuficiente. La realización de pruebas a largo plazo debe ser obligatoria para todos los OMG antes de permitir su comercialización.
Esta conclusión la comparten incluso organizaciones que han criticado el estudio de Séralini, como la agencia de seguridad alimentaria ANSES y el Haut Conseil des Biotechnologies (HCB), ambos en Francia.[1, 2]
Ambas organizaciones han participado en la emisión de dictámenes que llevaron a la autorización del maíz NK603 y otros OMG en Francia. De manera que no son partes desinteresadas, y sus críticas a los hallazgos de Séralini podrían interpretarse como una defensa de sus propias autorizaciones.
El estudio de Séralini también cuestiona las autorizaciones de plaguicidas como el Roundup por parte de las autoridades. Los estudios a largo plazo realizados por la industria sobre los plaguicidas para su autorización oficial solo prueban el principal ingrediente activo: en el caso del Roundup, la sustancia química conocida como glifosato. Sin embargo, las investigaciones muestran que las formulaciones completas son más tóxicas que el glifosato solo.[3 ,4 ,5]
En cambio, el estudio de Séralini probó la formulación completa del Roundup, en la forma en que se comercializa y usa, a niveles considerados seguros en el agua potable y en algunos cultivos de alimentos y piensos. El estudio concluyó que incluso estos niveles causaban un aumento en las cifras de mortalidad, tumores y daños en los órganos.
Las pruebas a largo plazo que la industria ha realizado sobre el glifosato para respaldar su autorización oficial se mantienen en secreto mediante acuerdos de confidencialidad comercial entre la industria y los reguladores.[6] Séralini ha solicitado que los datos de estos estudios se hagan públicos y estén abiertos a exámenes científicos independientes.
El único documento de dominio público es la evaluación de estos estudios de la industria sobre el glifosato por parte de las autoridades del gobierno alemán. Esta evaluación es seriamente preocupante. Se observaron efectos tóxicos graves, como defectos de nacimiento, pero las autoridades alemanas optaron por ignorarlos.[6]
Referencias:
1. ANSES (Agencia francesa de seguridad sanitaria de alimentación, medio ambiente y trabajo). ANSES highlights the weaknesses of the study by Séralini et al, but recommends new research on the long-term effects of GMOs. 22 de octubre de 2012. http://www.anses.fr/cgi-bin/countdocs.cgi?Documents/BIOT2012sa0227.pdf
2. Haut Conseil des Biotechnologies Comité Scientifique (Francia). Avis en réponse à la saisine1 du 24 septembre 2012 relative à l’article de Séralini et al (Food and Chemical Toxicology, 2012). 19 de octubre de 2012. http://www.hautconseildesbiotechnologies.fr/
3. Dallegrave E, Mantese FDG, Dalsenter PR, Langeloh A. Acute oral toxicity of glyphosate in Wistar rats. Online J Vet Res. 2002; 1: 29–36.
4. Richard S, Moslemi S, Sipahutar H, Benachour N, Seralini GE. Differential effects of glyphosate and roundup on human placental cells and aromatase. Environ Health Perspect. Jun 2005; 113(6): 716-720.
5. Mesnage R, Bernay B, Seralini GE. Ethoxylated adjuvants of glyphosate-based herbicides are active principles of human cell toxicity. Toxicology. 21 de septiembre de 2012.
6. Antoniou M, Habib MEM, Howard CV, et al. Teratogenic effects of glyphosate-based herbicides: Divergence of regulatory decisions from scientific evidence (Efectos teratogénicos de los herbicidas a base de glifosato: Discrepancia entre las decisiones reguladoras y las pruebas científicas) J Environ Anal Toxicol. 2012.